El Cuento de "La Pescadilla"

Era una vez, un matrimonio que vivía en una casita muy pobre, y no tenían nada. Juan, el marido, iba al mar cada día a pescar algo para comer, pero no tenía suerte, y regresaba a casa sin nada.

Un día, al volver a su casa, le dice a su mujer:

-Isabel, hoy tampoco hemos tenido suerte.


Y ella le dice:
-Nos tenemos nosotros, y saldremos adelante.
"Siempre decía lo mismo".

Y así seguía, hasta que un día, al regresar Juan a su casa, le dice a su mujer:

- Isabel, hoy tampoco he tenido suerte, solo vi una "Pescadilla", pero me dijo que era una pescadilla encantada, y me dio pena y la solté.
- ¿Y no le has pedido nada? le reprochó Isabel.
Anda vuelve y dile que somos muy pobres que necesitamos comida.

Así que Juan, volvió a buscar a la pescadilla, cuando la llamó, y ésta apareció, le dice:
-Pescadilla como te he salvado la vida, dice mi mujer, que nos des un poco de comida que somos muy pobres.
-Anda, vuelve a tu casa buen hombre, le respondió la pescadilla.

Al llegar Juan a su casa, la encontró llena de ricos manjares, y su mujer le dice:
- Juan, vuelve y dile a la pescadilla, que quiero una casa grande y bonita,
Y dice Juan:
Mujer, estoy cansado y hambriento,
-¡Que vuelvas he dicho!, le dice su mujer.
Y Juan para no enfadarla, regresó al mar.

¡¡¡Pescadilla!!! Pescadilla, ¿donde estás?, que Isabel esta enfadada y hay que hacer su voluntad.
Al salir la pescadilla, Juan le dice:
Isabel quiere una casa grande y bonita,
-Vuelve a casa buen hombre, le respondió.

Y al volver, se encontró una gran casa preciosa, rodeada de bellos jardines.

Cuando entró a la casa, Isabel estaba enfadada, y le dice:
-Juan, esta casa es muy grande, necesito criados y sirvientes, vuelve y dile a la pescadilla que quiero criados sirvientes y mucho dinero.
-Pero mujer, le dice Juan, -¡Estoy cansado!
-¡Qué vuelvas te he dicho!

Juan regresa nuevamente al mar y vuelve a gritarle a la pescadilla:
¡¡¡Pescadilla!!! Pescadilla, dónde estás?, Isabel esta enfadada, y hay que hacer su voluntad.

Sale la pescadilla y dice:
-Que quiere ahora Isabel?
Y le responde Juan:

-Quiere criados y mucho dinero,
-Vuelve a tu casa buen hombre, y al regresar, vio la casa llena de criados y dinero y joyas por todos lados.

Al fin Isabel lo dejo descansar esa noche, pero de madrugada se despertó de un sobresalto y le dice:
-Juan, Juan, despierta,
-¿Qué quieres Isabel?
Y le responde:

- No te das cuenta? Es de noche...
- Claro que es de noche Isabel, anda duerme.
-Ve a buscar a la pescadilla, y dile que quiero ser yo quien diga cuando es de noche y cuando es de día.
-Pero Isabel, eso es Imposible!.
Isabel le insistió, y Juan, para no enfadarla, fue a buscar a la pescadilla.

¡¡¡Pescadilla!!! Pescadilla, ¿Dónde estás?, que Isabel está enfadada, y hay que hacer su voluntad.

Cuando salió la pescadilla, le dice:
-¿Que quiere ahora Isabel?
Juan le dice:
-Quiere gobernar el día y la noche!

La pescadilla le dice, pobre buen hombre, anda, vuelve a tu casa. Y cuando volvió a su casa, vio que se había convertido en una casucha más pobre y mísera que la que tenían antes. 

Moraleja: Todos tenemos derecho a aspirar a algo mejor. Sin embargo, debemos tener cuidado, de que no nos domine la ambición. Porque tanto la ambición, como la codicia muchas veces nos hacen perder el sentido de la vida y hasta de lo poco que poseíamos.

Desconozco su autoría


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