Si tienes una Madre todavía

Madre-mujer-anciana-solitaria-tejiendo


Si tienes una madre todavía,
da gracias al Señor que te ama tanto,
que no todo mortal contar podría,
dicha tan grande ni placer tan santo.

Si tienes una Madre… sé tan bueno
que ha de cuidar tu amor su paz sabrosa,
pues la que un día te llevo en su seno
siguió sufriendo y se creyó dichosa.

Veló de noche y trabajó de día
leves las horas en su afán pasaban,
un cantar de sus labios te dormía,
y al despertar sus labios te besaban.

Enfermo y triste, te salvó su anhelo
que sólo el llanto por su bien querido
milagros supo arrebatar al cielo,
cuando ya el mundo te creyó perdido.

Ella puso en tu boca la dulzura
de la oración primera balbucida
y plegando tus manos en ternura,
te enseñaba la ciencia de la vida.

Si acaso sigues por la senda aquella
que va segura a tu feliz destino,
herencia santa de la madre es ella,
tu madre sola te enseñó el camino.

Mas si al cielo se fue… y en tus amores
ya no la harás feliz sobre la tierra,
deposita el recuerdo de tus flores
sobre la fría loza que la encierra.

Es tan santa la tumba de una Madre,
que no hay al corazón lugar más santo,
cuando espina cruel tu alma taladre,
¡ve a derramar, allí, tu triste llanto!


Autor: Heinrich Neuman


Más sobre el Autor:

Hace algunos años, el autor de origen judío Heinrich Neuman, escribió un bello poema titulado: "Si tienes Una madre todavía", un poema que a lo largo de los años, está catalogado como una verdadera alegoría al amor incondicional que una madre le profesa a sus hijos, un amor en el cual, no importa ni la ausencia ni la presencia de los hijos, pues se otorga aún a sabiendas que puede no ser correspondido. Con este poema, Neuman, refleja la profunda angustia de no haber sabido valorar el amor de su madre, pues siendo muy joven se separó del seno materno de una manera cruel y dolorosa para ella, sin embargo, nunca recibió de ella el más mínimo reproche a su vida bohemia. Esta angustia la refleja desde la primera estrofa que dice: "Si tienes una madre todavía,/da gracias al señor que te ama tanto,/que no todo mortal contar podría,/dicha tan grande ni placer tan santo.
Pese a la ausencia del hijo, aquella madre supo siempre amar en la distancia y el olvido a aquel hijo que por su propia voluntad, había tendido una densa cortina de humo entre él y su madre, y era tan grande su amor por el hijo ausente, que cada noche al acostarse, entre sus oraciones siempre se le oía decir: "Perdóname Señor, que no supe ser una buena madre para mi hijo, protégelo dondequiera que él se encuentre, y dale la dicha y felicidad que yo no pude darle a mi lado." ¡Una gran lección de amor incondicional!
Parecía que el "hilo de amor" que unía ambas almas era tan fuerte que ni la ausencia y el desapego de aquel hijo, hacía que la madre olvidara a su hijo pródigo, siempre lo esperó en el quicio de la puerta, siempre supo como mandarle mensajes de amor, pues muchas veces la vieron hablándole al viento con palabras amorosas, palabras llenas de amor y de ternura para que llegaran a los oídos de su hijo. Eran tiempos difíciles, y aquella madre sufría en silencio al pensar que su hijo podría estar en peligro; nunca dejó de amarlo incondicionalmente.
Muchos años después, Neuman supo de la muerte de su madre, y fue con su recuerdo como llenó los últimos días de su vida, pues arrepentido de su actitud tan ingrata, en los momentos más angustiosos de su existencia, escribió su hermoso poema.

Subscribe to receive free email updates:

2 Responses to "Si tienes una Madre todavía"

  1. es un poema muy triste ..... pero lo recuerdo con mucha emocion porque lo recite en la primaria cuando tenia seis años .......uuuuuuuuh !!!!!

    ResponderEliminar
  2. Muy bello poema la juventud es hermosa pero se caracteriza x pensar en si mismo

    ResponderEliminar

¡Gracias por tu visita y por tomarte el tiempo para comentar!